Trabajo como profesora de inglés más de 27 años, y doy clases particulares por mi cuenta desde hace unos 10 años. El año pasado empecé a dar clases online y los conocimientos que he adquirido a través del MBS me han ayudado a ver esto como un negocio, a identificar sus puntos fuertes y flacos y, lo que es más importante, a encontrar la manera de mejorarlo.
Además de proporcionarme una perspectiva más amplia de lo que hago para ganarme la vida, el MBS me animó a reevaluar mi estilo de vida y a comprometerme a hacer los cambios necesarios para mejorarlo, a encontrar varias formas de ahorrar y a volver a conectar con algo que siempre me ha gustado hacer: servir a los demás.
Para completar el programa, llevé a cabo un proyecto de servicio en el que hice pan para dar comida a la gente de la calle. El 2 de noviembre puse en marcha mi plan. Mi marido y yo nos habíamos dado cuenta de que siempre hay gente alrededor del juzgado de mi ciudad, así que decidimos ir allí. Al principio estaba nerviosa porque no sabía cómo iban a reaccionar pero, una vez que empezamos, una sensación de paz y recompensa llenó nuestros corazones y el deseo de seguir sirviendo se hizo más fuerte. Entonces decidimos ponernos en contacto con el Centro Poverello para que se conviertan en un puente de ayuda.
Sólo quiero expresar mi especial agradecimiento a quienes estuvieron a mi lado y me ayudaron a completar este nuevo paso en mi vida.